Capítulo 104: ***LA FIRMA***(Vivi)
Un pitido rítmico, constante, era todo cuanto había en mi cabeza. “Pi, pi, pi, pi, pi....” Todo era oscuridad. Solo esos “pi” y eterna oscuridad. Pero entonces algo cambió. Mi mano...Sentía mi mano... Alguien la apretaba, notaba su calidez.
Con lentitud moví mis dedos para devolver el apretón. Pero...¿De verdad los movía? No lo sabía...¿Cómo saberlo?
A continuación comencé a escuchar que alguien decía algo. ¿Qué decía? Agudicé el oído, tenía que escuchar con atención.
“Vivi...Vivi...Vivi...” ¿Vivi? ¿Quién era Vivi?
De nuevo solo el “pi”. Ya no escuchaba nada ya no sentía nada. Ni mano, ni calidez. Nada.
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“Pi, pi, pi, pi, pi, pi, pi...” Otra vez una mano...Otra vez esa calidez....Y poco a poco de nuevo esa voz y ese nombre.
“Vivi...Vivi...Vivi...” Ese nombre me era conocido...Me sonaba...¿Quién? ¿Quién era Vivi?
Volví a apretar la mano que me sostenía y el nombre sonó mas alto, con mas.....¿Insistencia? ¿Desesperación? Y entonces una caricia en la cara...En mis brazos..Mi pelo...Y mas “Vivi”. Un contacto húmedo en mi frente, otro en mi mejilla, en la mano..Y un olor familiar.
¡Vivi! ¡Vivi era yo! Algo explotó dentro de mi cabeza. ¡Me llamaban a mi! De pronto todo era claridad. Luz. ¡Demasiada luz! Entrecerré los ojos lo justo para poder ver quien estaba allí. Eran mis padres.
-¡Oh dios! ¡Llama al médico! ¡Corre!-gritó mamá.
Gemí ante el alto volumen de su voz.
-Lo siento cielo..-se disculpó llorando y sonriendo al mismo tiempo- ¡Oh dios mío! Te has despertado...Estás...¡Oh!-no entendía lo que decía.
-¿Dónde....?-conseguí preguntar.
Notaba mi voz ronca y la boca pastosa.
-¡Todo está bien! No hables, ahora viene el médico. ¡Oh!-sollozó apretando y besando mi mano.
Sus besos era lo húmedo que había sentido. Miré a mi alrededor. Claro, estaba en un hospital. Entonces entró un doctor seguido de dos enfermeras y mi padre.
-Por favor, salgan de aquí, esperen en la sala de espera. En seguida les diremos algo.-les pidió el médico.
-¡¿Pero está bien?!-inquirió mi padre- Ahora todo está bien...¿No?-suplicó.
-Ahora todo está mejor.-el hombre sonrió- Si nos dejan hacer nuestro trabajo les diré “como” de mejor. ¿De acuerdo?
Ambos asintieron y antes de salir me dieron un beso.
-Tienes mucha suerte chiquilla.-dijo el médico.
Fruncí el ceño sin entender.
-Tienes la sala de espera colapsada. Nadie se ha querido marchar, y digo NADIE. No ha habido forma de que despejasen un poco la sala y los pasillos a pesar que se lo hemos pedido muchas veces. –me contó mientras miraba una de las máquinas a las que estaba conectada- Tienes a todo Berlín....No, que digo Berlín, a toda Alemania hablando de ti muchachita.-hizo una pausa- Mmmmm...Pulso estable.-le comentó a la enfermera.
-Y temperatura normal.
-¿Cuántos dedos tengo?-inquirió levantando el pulgar.
-Uno.
-¡Perfecto! Como tú.-sonrió.
-Esto....¿Puedo preguntar algo?-inquirí pasando de su “comentario”.
-Lo que quieras, pero después que yo haga mis preguntas.
Asentí.
-¿Cómo te llamas?
-Yulia Vivienne.
-¿Tus padres?
-Kir...-rectifiqué- Kristian y Sebastian.
-¿Qué edad tienes?
-21.
-¿Estudias o trabajas?
-Trabajo. Soy cantante...O eso se “supone”.
-¿Número De móvil?
-668527325-respondí decidida.
-Ajá, ¿te va bien quedar el sábado? Mi número es el 654324568.
Las enfermeras estallaron en risas y yo me puse roja como un tomate. Me estaba tomando el pelo. ¿Ese hombre iba de listo o que? ¿Iba de gracioso?
-Bien, veo que está todo bien. –me dijo después de reírse él- Ahora solo hay que esperar. Tenemos que ver que no te haya quedado ninguna secuela.
-Ah... Pero...Veo...Escucho...Siento...Recuerdo... ¿No quiere decir eso que está todo bien? Que no hay secuelas....
-Puede, pero puede que no... Vivi, has pasado por algo grave... Has estado en coma...Tuviste un paro cardíaco y insuficiencia de oxigeno como consecuencia en el cerebro...
Me estremecí ante la nueva información. ¿Todo eso me había pasado a mi?
-Ahora no te preocupes por eso... Simplemente si ves algo raro, avísanos. ¿Vale?
-Vale...
-Bien, ahora pregunta lo que quieras, pero antes, debes saber que si, estoy soltero.-comenzó de nuevo con el cachondeo.
-No me extraña...-comenté seria.
-Jajajajajajaja¡ Esa a sido buena!-una de las enfermeras palmeó la espalda del hombre mientras se reía- Es la primera que le planta cara.
-Pues soy muy buen partido.-se quejó.
-Teniendo cincuenta y cinco años y estando tan estropeado lo dudo.-se metió la otra.
¿Es que me habían tocado los mas imbéciles de todos? Pero estaba demasiado cansada para quejarme.
-Va, pregunta chica.-me animó el doctor.
-¿Por qué estoy aquí?
Los tres me miraron con una cara completamente seria.
-¿No lo recuerdas?
Hice memoria.
-Yo...Estaba...Con...Mi tío.
-Ahá.
-Y...Al volver a casa...-recordé el dolor y me llevé la mano al vientre- ¿Está...?-alcé la vista y supe la respuesta sin que hablasen.
-Eres muy joven...Tienes mucho tiempo para tener hijos... Es algo “habitual” en madres primerizas y mas siendo tan jóvenes... Simplemente no tenía que ser. No tiene otra explicación. Su destino estaba escrito... Además, si quieres, en seis meses puedes volver a intentarlo. Estoy seguro que saldría todo a la perfección.
Suspiré y sentí una punzada en el corazón. Sentí pena...No lloré..Tan solo era una sensación de tristeza, como cuando te despides de alguien que no verás en mucho tiempo...Pero en este caso no lo vería nunca. Al mismo tiempo sentí algo. Sentí un vacío. Era como... Si no solo mi bebé se hubiese ido...Sentí un frío extraño...Un presentimiento.
-¿Estás bien?-la mujer me acarició el brazo.
-Si-asentí- No pasa nada....Y...¿Era niño o niña?
-¿Quieres saberlo?
-Si...
-Niña.
Sonreí. Una niña...Yo estaba en lo cierto. Una lágrima resbaló por mi mejilla.
-¿Puedo ver a mis padres?
-Primero te llevaremos a una habitación y luego ya podrás recibir a todo el mundo, pero poco a poco.
-Vale.
Todo parecía estar bien, pero las “consecuencias” vivieron enseguida. En cuando me quisieron ayudar a ponerme en pie para caminar hasta el baño no pude... No fui capaz de andar. No...¡No sabía! Me comencé a poner nerviosa. Las enfermeras y el doctor me sentaron y me dijeron que me relajase. Me hicieron algunas pruebas y según ellos todo estaba “bien”.
-Mira Vivi, se ha borrado cierta información de tu cerebro. Te he dicho que lo mas probable era que tuvieses secuelas. Parece ser que has olvidado ciertas cosas.
-¡No! ¡No! ¡No puedo quedarme inválida!-grité.
-No, no te estoy diciendo eso. Mira, esto es...Como...Como los niños pequeños. Tienen que aprenderlo todo. A caminar, a ir al baño, a correr, a controlar sus manos, a hablar etc. ¿No?
Asentí algo perdida.
-Tú tendrás que aprender lo que has olvidado. Estoy seguro que con rehabilitación en un par o tres de meses caminarás mejor incluso que antes. No te alteres por que no es bueno, acabas de salir de un coma.
-¡Y no puedo andar! ¡Bailar es mi vida! ¡Si no ando, ¿cómo bailaré?! ¡No!
-O te relajas o tendré que inyectarte algo...-me advirtió.
Me quedé quieta y callada. Eran demasiadas cosas juntas. Mucha información.
Pero en cuanto me subieron a la habitación y vi a mis padres, a mis tíos, a todos... Me sentí tan bien... Tan protegida... Que por momentos olvidaba toda esa mierda por la que estaba pasado.
Y entonces... Apareció su cara tras la puerta. Tímida, temerosa, dulce....
-Papá...Mamá...¿Nos dejáis a solas?-les pedí.
Asintieron. Se les veía tan cansados... Estiré mis brazos para que me abrazaran y me besaran antes de irse. Los quería tantísimo.
Cuando estuvieron fuera, ella cerró la puerta y se quedó allí, apoyada en ella.
-No tengo nada contagioso tonta... Puedes acercarte y hasta darme besos.-comenté esbozando una sonrisa.
Ella se puso a llorar. Pero...A llorar con desespero, con sollozos, con todo su cuerpo.
Corrió hasta mi lado y se me abrazó con fuerza, enterrando su cara en mi pecho.
-Joder, antes te llamaba tonta y no te ponías así. Que sensible te has vuelto.-bromeé con un nudo en la garganta.
-Perdona...Perdona...Perdona...Perdona...-repitió mil veces.
-¿Perdonar el qué? No tengo nada que perdonarte. Eres mi chica preferida, eres mi Ira. Tú nunca me tienes que pedir perdón.-respondí acariciándole el pelo.
-Por...Lo de tu cum....-antes de que terminase la paré.
-¿No te han dicho los médicos que he olvidado algunas cosas? Casualmente esa la he olvidado. Así que, no hay nada que perdonar. –sonreí.
-Me...Creí...Que tú...Te mori...Y....Yo...-se estaba hasta ahogando la pobre.
-No me voy a morir. Tengo que protegerte siempre. No voy a dejarte nunca. Te lo prometí. Eres mía Ira.-le di un pico y luego rocé mi nariz contra la suya- No llores mas...
Así los días comenzaron a pasar...Y yo no me atrevía a preguntar por nada relacionado con Nix o su familia. No quería enfrentarme aun a eso. A tener que mirarle a la cara en un juicio para que se cancelase el contrato... Y las sesiones de rehabilitación eran duras, frustrantes, pero poco a poco avanzaba. En ese tiempo, conocí mas a mi hermana. A la pequeña Allysson. Mi madre biológica, o sea Leyna, me vino a ver varias veces, pero a Allysson la dejaba conmigo la mayoría de los días por que nosotras se lo habíamos pedido. Me encantaba enseñarle cosas a la pequeñaja. Sin duda iba a ser digna hermana mía. Y con Leyna...Pues simplemente no la veía como a mi madre, ni ella a mi como a su hija, pero no era “mala”. Siempre había sido sincera, y mis padres aceptaron el “acercamiento” que estábamos teniendo. Pero yo tenía claro quien era mi familia.
Fue un mes después de despertar, cuando me dieron el alta, que Ira me dio un sobre y mis padres me dijeron algo que me habían estado ocultando desde hacía un mes. Que Nix estaba muerto.
Paradójicamente yo había salido del coma a las 20:56 , y él, ese mismo día, a las 19:15 había sufrido un accidente de tráfico y a las 20:57 había muerto. Tan solo un minuto después de despertar yo, moría él...
-Yo no quería darte la carta...Ese desgraciado no merecía que te la diésemos...Pero tu madre insistió..-dijo papá mirando a mamá.
-Joder...Según Ira dentro hay algo para ella...un regalo importante...
-Pero sigue siendo un cabrón. Puede ser que mintiese y solo siga jodiendo incluso muerto...
-Ya vale...-intervine- Quiero leerla... –tomé el sobre- A solas.
-Pero...
-Esperadme fuera.
Los tres me hicieron caso y me dejaron sola. Sola con mi pasado. Tenía que afrontar las cosas. Ya no quería huir mas. Abrí el sobre y saqué una carta.
“Hola Brit. Si estás leyendo esto es que ya estás bien. Me alegro...No sabes lo que estoy sufriendo pensando que puedas morir... Cuando me desperté y no estabas... Cuando vi que te habías marchado...Fue entonces cuando me di cuenta hasta que punto había llegado toda esta locura de mi madre... Ahora es tarde, lo se... Tú estás en el hospital y nuestro hijo a muerto....No te busqué...Ni siquiera llamé a mi madre para decirle que te habías ido... Yo.. Estoy cansado... De todo... Pero al ver las noticias y enterarme de esto... No...Me niego... Me niego a pensar que puedas morir...Se que te he hecho mucho daño...Demasiado...Por ello me voy. No volveré a molestarte mas. No me volverás a ver. Pero antes de irme quería que lo supieses todo.
Al principio...Todo comenzó como un “juego”. Mamá me propuso un “negocio”. Cuando me dijo que solo tenía que conquistarte, me pareció divertido. Por que además eras preciosa. Luego... Luego me fuiste gustando mas y mas... Y al final me enamoré de ti...y al ver en todo lo que estaba metido... Tenía miedo de perderte...Constantemente temía que lo descubrieses todo... Por ello tenía cambios de humor... Por eso te trataba tan mal a veces...No me quiero justificar...Se que nada justifica muchas de las cosas que he llegado a hacer pero... Solo necesito contarlo. Y lo del hijo...Lo de nuestro hijo fue cosa mía. Por el mismo motivo. No quería perderte. No quería... Pensé que así estarías atada a mi para siempre... Y ahora...Ahora te he perdido.
Se que no tendría suficiente vida para pedirte perdón eternamente. Por ello...Creo...Que lo mínimo que puedo hacer es dejarte libre. Libre del todo. De mi, de mi familia. Dentro del sobre están los papeles que firmaste y otros nuevos...Hechos por mi...Y firmados por mi. Solo falta tu firma y quedarás libre de los contratos. Me siento el tío mas estúpido del mundo... Por que lo peor es que se que tú me querías...Y que si hubiese echo las cosas bien...Ahora estaríamos juntos...Te tendría...Y no estaría escribiendo esto...
Solo espero...Que...Si algún día nos reencontramos por casualidad... Pueda verte sonreír. Pueda verte feliz. Adiós Vivi.”
La hoja ya estaba empapada por las lágrimas. ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que ser todo así? La arrugué con rabia. Con rabia hacia mí por llorar por él, por darme cuenta que me dolía tantísimo saber que estaba muerto... Que jamás le volvería a ver...Que no podría pegarle por idiota, por cabrón, por ....
Miré dentro del sobre y efectivamente allí estaban esos papeles. Los que me darían la libertad. Los que me alejarían de Krise para siempre.
Por que ya todo había terminado. Ahora me quedaba mirar hacia delante y olvidar los últimos dos años de mi vida.
Sin mas, cogí un bolígrafo y firmé.